Cada 17 de julio Uruguay conmemora el Día de Prevención del Suicidio, y hoy toca referirnos cuando este drama llega a la familia de la fe.
Los siervos de Dios no están exentos de sufrimientos intensos emocionales como la ansiedad, pánico, depresión o el agotamiento. Y de esto también debe hablarse. Los pastores necesitan compartir con la comunidad la pesada carga del ministerio, apelando a los cristianos maduros de su congregación o comunidad cristiana.
Dios elige gente débil para glorificarse en sus vidas, y se asegura que solos no podrán con la tarea. Deben depender del Padre y también del apoyo y aliento de su comunidad.
Un tema clave sobre el que nos invita a reflexionar la Psic. Graciela Gares.