Responder a Dios toma nuestras emociones y nuestra voluntad: nuestro corazón y nuestra cabeza
Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar que cambia nuestra forma de vida
Nos sumergimos en el agua para que todos sepan que sabemos que seguir a Jesús requiere un nuevo yo
Cuando nos ha sucedido algo tan grande, no podemos atesorarlo, tenemos que encontrar personas, compartir la historia y regalarla una y otra vez.