El año 2025 evidencia que el crecimiento no está asegurado para todos. Alemania, el motor de Europa, apenas avanza y registra un -0,05 %, reflejando un riesgo de estancamiento. Austria y México tampoco escapan: ambos cierran con caídas del -0,26 %, mientras que Puerto Rico pierde un -0,8 %.
En el grupo de las contracciones más fuertes aparecen Haití (-1 %), junto con Yemen e Irak, ambos con un retroceso del -1,5 %. Estos casos muestran cómo los factores externos —conflictos, crisis políticas y falta de inversión— pueden bloquear el desarrollo.
El podio negativo lo completan Venezuela (-4 %), que no logra levantar cabeza pese a sus enormes reservas petroleras; Guinea Ecuatorial (-4,2 %), muy dependiente del crudo; y Sudán del Sur, que encabeza el ranking con un hundimiento del -4,31 %. La dependencia de un solo recurso y la inestabilidad política siguen siendo las grandes amenazas para el crecimiento.