Cafeteros y cafeteras, hoy compartimos un café cargado, cargado, cargado de un mensaje poderoso, si te lo perdiste en vivo, puedes escucharlo en podcast.
Hoy, y todos los días somos invitados a recapacitar, a levantarnos del lugar donde nos encontremos por muy turbio u oscuro que esté y atrevernos a salir de ahí porque nuestro Padre nos está esperando y saldrá a nuestro encuentro (Lucas 15, 20-25).
Y a ti, que te encuentras del otro lado, recibe esta invitación para ser como el Padre, y recibir a tu hermano y a tu hermana con los brazos abiertos, sin juicio y sin reproche, con un corazón compasivo y amoroso para aquél que viene desgastado y tan necesitado de amor.