Este episodio es muy especial para mí, es uno de los primeros artículos que escribí y que fue una especie de catarsis del bullying que viví en los primeros años escolares, no tanto por mis compañeras sino por parte de las mismas profesoras que tuve en esa época. Gracias a una recomendación de una de ellas, mi mamá me llevó a un lugar donde me trataron mi condición, fuí diagnosticada con dislexia, pero más allá del diagnóstico, me dieron las herramientas necesarias para ser funcional no sólo escolarmente sino en mi vida. Gracias a ellos; y sobre todo a mi madre y mi abuela adorada ( ya fallecida), estoy donde estoy hoy, compartiendo esto, y sirviendo de testimonio para que nosotros como docentes generemos estrategias apropiadas para chicos con condiciones especiales, sin etiquetas, con la conciencia que no es un tema de capacidad sino de proceso y sobre todo sin generar exclusión. SOMOS IGUALES EN LA NEURODIVERSIDAD.