Aunque nuestra memoria sea pésima, no nos podemos dar el lujo de olvidar los mandamientos de Dios. Es por ello que Su palabra es esencial para poder recordarlos y vivirlos.
Aunque nuestra memoria sea pésima, no nos podemos dar el lujo de olvidar los mandamientos de Dios. Es por ello que Su palabra es esencial para poder recordarlos y vivirlos.