A veces, en este camino de autoconocimiento, nos perdemos queriendo hacerlo perfecto.
Creemos que, porque ya entendimos el porqué del dolor, ya no debería doler.
Que si somos conscientes, no deberíamos enojarnos, llorar ni repetir.
Y ahí, sin darnos cuenta, la conciencia se vuelve jaula.
En este episodio, les comparto sobre esa trampa sutil de querer “hacerlo bien” incluso en el crecimiento.
De cómo a veces el alma solo quiere sentir, no analizar.
De por qué una cicatriz puede volver a picar —en el cuerpo o en el alma— justo cuando creías que ya había cerrado.
Un recordatorio de que sentir no te hace menos consciente, te hace más viva.
Y de que el verdadero cambio no está en entenderlo todo, sino en recordar a acompañarte mientras lo sientes.
“¿Y si ya no se trata de controlar, sino de confiar?”
Escúchalo si estás en ese punto donde sabes mucho… pero igual algo dentro sigue en pausa.