Todo mensaje emitido por nosotros en cada circunstancia y cualquier tipo de relación, deberá estar libre de: Ironías, sarcasmos, expresiones de doble sentido, ya que no son precisamente dirigidas por un espíritu correcto, pues para nosotros los cristianos, todas nuestras expresiones, deberán ser dirigidas por el Espíritu Santo de Dios. Para gloria y Honra del Padre del Hijo y del Espíritu Santo de Dios.