La gloria de Dios es la manifestación visible de todos sus atributos. Es la manifestación de Dios en señales, milagros, prodigios y maravillas. Y su gloria se manifiesta a través de Jesús y Jesús transfiere su gloria a su pueblo.
El deseo de Dios es que seamos victoriosos en lo que nos ha comisionado, para alcanzar el nivel de gloria que él nos ha destinado.