En su mensaje dominical, monseñor Rafael de Brigar nos invita a mirar hacia adentro, a reconocer nuestros “desiertos” —las crisis, soledades y rupturas que todos atravesamos— como momentos donde podemos encontrarnos con Dios y recuperar lo esencial.
Recordando la figura de Juan el Bautista en el segundo domingo de Adviento, el mensaje nos llama a prepararnos, a dar frutos de auténtica conversión y a mantener viva la esperanza en medio de un mundo confundido, ruidoso y carente de líderes espirituales. Un recordatorio profundo: solo Dios basta.
Un llamado necesario: cambiar, volver al camino y dejar que la luz de Dios guíe nuestros días.