En Sevilla la muerte no es más que una obra de arte. El dolor a hombros por ejemplo un Martes Santo. El dolor en marcha. En las manos azucenas, en sus ojos un desastre presentido, en los labios amapolas, en el talle un clamor de músicas y un arrebato de cornetas y tambores cruzando los jardines. En 2021 y coincidiendo con su centenario, Carlos Herrera pregona la fundación de su hermandad. La de la Virgen de la Candelaria.