Si en la Biblia encontramos muchas reglas y las reglas no sirven para ir al cielo, ¿para qué todas ellas? Por ejemplo, todos hemos oído de los 10 mandamientos, y se supone que alguien los tiene que cumplir. Sin embargo, con Dios las personas antecedieron a los mandamientos. Con Él, las relaciones siempre preceden a las reglas.