La batalla de las Termópilas, una de las más conocidas de la Antigüedad, se desarrolló entre los meses de agosto y septiembre del año 480 a.C, y se encuadra en la Segunda Guerra Médica. Una coalición de polis griegas, lideradas por Atenas y Esparta, trataron de impedir la invasión persa, la del ejército de Jerjes I, por entonces uno de los más poderosos del mundo. Durante una semana (tres días completos de combate), una pequeña fuerza comandada por el rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia, el paso de las Termópilas. Las bajas persas fueron considerables, y los griegos resistieron hasta que un traidor mostró a los persas otro camino, dejando a Leónidas y los suyos atrapados en una ratonera. El rey espartano despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo allí para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales cayeron en los combates.