"Los monstruos más reales no habitan en el exterior, sino en nuestra mente, donde se esconden como dudas, miedos y deseos. Las personas más valientes no son las que evitan estos monstruos, sino aquellas que permiten que salgan al mundo. Al integrarlos en nosotros mismos y mirarlos con amor, esos temores y deseos se transforman en nuestra mayor fortaleza."
La imaginación de Nico no era una forma de escapar de la realidad, sino una puerta hacia los anhelos del corazón. Sus monstruos enseñaron a las personas que la verdadera transformación comienza cuando dejamos de temer lo que somos y comenzamos a construir lo que podemos llegar a ser.