El llamado a la unidad cristiana entonces no se trata de esa idea barata de ecumenismo, ni del sueño de una sola religión mundial que muchos quieren sacrificando en medio de todos los ídolos al Dios Verdadero, al único Señor y Salvador Jesucristo.
El llamado a la unidad cristiana entonces no se trata de esa idea barata de ecumenismo, ni del sueño de una sola religión mundial que muchos quieren sacrificando en medio de todos los ídolos al Dios Verdadero, al único Señor y Salvador Jesucristo.