Muchos milagros de Dios vienen en forma de semilla. Si menosprecias la semilla terminarás cancelando el milagro.

El mensaje del evangelio tiene una naturaleza profética, no podemos hablar de Cristo sin entender su origen profético.

Las promesas de Dios se conquistan y para hacerlo es necesario muchas veces renunciar a aquello que lo está impidiendo.

Cuando comiences a esforzarte y hacer todo lo que te es posible ten por seguro que Dios hará lo imposible.

Dios quiere que nosotros podamos avanzar con fe dando pasos arriesgados.

Muchas veces nosotros necesitamos que Dios intervenga en nuestras vidas, pero no podemos esperar que El siempre lo haga de la manera en que nosotros nos imaginamos.

Jesús es una amenaza para la forma en que estamos acostumbrados a vivir nuestra vida. Solo hay dos opciones: estar dispuesto a dejar todo por Jesús o aferrarte a lo que tiene hoy y perder lo que Él tiene para ti.

Nunca vas a poder conocer a Dios profundamente si te quedas a la orilla en tu relación con Él.

Cuando Jesús toma tu vida, te hace una vasija nueva, te llena de sal y te lanza al mundo para provocar vida y transformación.

Cuando dejas de enfocarte en tu propio reino y te enfocas en el reino de Dios, te darás cuenta de cuánto necesitas estar lleno del Espíritu Santo.