Los JJOO de Invierno celebrados en Pieonchang (Corea del Sur) han vuelto a poner de relieve las diferencias entre las dos repúblicas coreanas. A pesar de los intentos de dar una imagen conciliadora (como la selección unificada de hockey femenino), la realidad es que la expedición olímpica norcoreana está bajo una vigilancia extrema por parte de sus propios dirigentes, para evitar deserciones que puedan afectar a la imagen del régimen de Kim Jong-un. Tomando esto como referencia, recordamos la increíble historia que vivó otro disidente, Lutz Eigendorf, un futbolista de la RDA que, tras escaparse a la República Federal Alemana para continuar allí su carrera, sufrió una persecución implacable por parte de la Stasi, los servicios secretos del régimen.