Lección 1 La Negación https://youtu.be/ItE1kuDU6v8
En Voz del Pastor Rafa Romero.
Lección 1 Negación Principio 1: Reconozco que no soy Dios. Admito que no tengo el poder para controlar mi tendencia a hacer lo malo y que mi vida es inmanejable. Dichosos los pobres en espíritu. Mateo 5:3 (NVI) Paso 1: Admitimos que no teníamos el poder sobre nuestras adicciones y comportamientos compulsivos, que nuestras vidas llegaron a ser inmanejables. Yo se que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. Romanos 7:18
Piense en esto Antes de que podamos dar el primer paso de nuestra recuperación, debemos primero enfrentar y admitir nuestra negación. Dios nos dice: “¡No se puede sanar una herida con solo decir que no existe!” (Jeremías 6:14 PAR). El acróstico NEGACIÖN deletrea lo que puede suceder si no enfrentamos nuestra negación. Neutraliza nuestros sentimientos Al reprimir nuestros sentimientos nosotros neutralizamos nuestras emociones. Entender y sentir nuestros sentimientos es libertad. Les prometen libertad, mientras ellos mismos son esclavos de hábitos destructivos porque un hombre es esclavo de todo lo que le ha conquistado (2 Pedro 2:19 DHH). Energía perdida Un importante efecto secundario de la negación es la ansiedad. La ansiedad causa que gastemos preciosa energía luchando con heridas pasadas y fracasos y el temor del futuro. Es solamente en el presente, hoy, donde los cambios positivos pueden suceder. El Señor hace justicia a los oprimidos,... y pone en libertad a los cautivos (Salmo 146:7 NVI). Genera angustia Permitimos que nuestros temores y nuestras preocupaciones nos paralicen, pero la única forma en que podemos ser libres de ellos es entregándolos a Dios. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas (Salmo 107:13- 14 NVI).
Anula el crecimiento Estamos tan enfermos como nuestros secretos y, una vez más, no podremos crecer en recuperación hasta que estemos listos para salir de nuestra negación hacia la verdad. Dios está esperando tomar su mano y sacarle de allí. La Biblia dice: En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas (Salmo 107:13- 14 NVI). Crea barreras que impiden a Dios actuar en nosotros. Al seguir en su camino de recuperación, llegará a entender que Dios nunca desperdicia una herida; Dios nunca desaprovecha su oscuridad. Pero Él no la puede usar hasta que salgas de la negación a la luz de Su verdad. Interrumpe nuestra comunión con Dios. La luz de Dios brilla en la verdad. Nuestra negación nos mantiene en la oscuridad. Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado (1 Juan 1.5-7 NVI). Obstaculiza nuestras relaciones importantes La negación no hace pensar que nadie se dará cuenta de lo que sucede. Pensamos que nadie sabe, pero sí lo saben. ¿Cuál es la respuesta? Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo (Efesios 4:25 NVI). Nos prolonga el dolor Tenemos la falsa creencia que la negación nos protege de nuestro dolor. En realidad, la negación provoca que nuestro dolor supure y crezca y se vuelva culpa y vergüenza. Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas (Jeremías 30:17 NVI). Acepte el primer principio de recuperación. ¡Salga de su negación! Y entre en el amor y la gracia incondicional de su Poder superior- ¡Jesucristo!