05.02.2021. En Mateo 5, Cristo nos dio identidad de ser sal y luz. Para algunos es algo agradable, dar sabor, preservar, generar sed de la presencia, iluminar y calentar. Pero no podemos olvidar que en grandes cantidades la sal y la luz son desagradables, y es así como debemos ser para este mundo lleno de oscuridad y carnalidad.