La clave para preparar un sermón es buscar que primero Dios hable a tu vida y te cambie. La preparación y el estudio de la Biblia debe hacerse y es bueno, pero siempre debemos estar atentos a lo que el Espíritu Santo nos dice. Dios puede usarnos para dar un gran sermón, pero debemos recordar que Dios, en primer lugar, quiere cambiarnos.