El ser humano necesita sentirse seguro, protegido. Como peregrinos en el planeta tierra a veces parece que estamos desamparados. De ahí que el salmista busque auxilio, alguien que le guarde, que no duerma…, Dios.
Recuerdo ahora, la canción colombiana -que viene como anillo al dedo para este salmo- que dice: “oye, abre los ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida…”
Decreto: ¿De dónde me vendrá el auxilio?
Hasta mañana, bendiciones.
Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.