Salmo que pidió Francisco de Asís a los que le acompañaban en su lecho de muerte, que le cantaran en voz alta y con gozo.
El ser humano pasa por momentos difíciles…, ¿y entonces qué hace?
Esto es lo que hace el salmista:
«extiendo mis manos hacia ti» o también, «levanto mi alma a ti«.
Extiendo y levanto, las manos y el alma.
Hay muchas expresiones hermosas en el salmo de hoy.
Afirmación: «Por tu clemencia, sáname de la angustia«.
También: «En la mañana hazme escuchar tu gracia«.
O; «Enséñame a cumplir tu voluntad«.