Dios, –lo ha entendido perfectamente el salmista–, entra en la relación con los seres humanos. Así selló alianza con David y Él Cumple su parte. Pero el ser humano ha de responder. Parece que ahí está la clave que el hombre escuche y responda adecuadamente, cumpla con lo que le corresponde. La consecuencia es la PAZ.
La respuesta inadecuada trae el desasosiego y la angustia existencial.
Dios dirige, gobierna, manda, reina.... en el Universo, el rey David, tú y yo, hemos de recordarlo cada día para ser agradecido por formar parte de esa historia.
Pero, ¿cómo cumplo yo mi misión? Mañana seguimos con este salmo.