¡Cuanto se habla de nuestros derechos! ¿verdad? Cada grupo de nuestra sociedad reclama una y otra vez sus derechos pero esa visión de la vida vemos en este libro que entra en conflicto con la realidad de nuestra responsabilidad. La expresión en hebreo que analizaremos hoy no tiene un objeto, es decir, no se especifica qué es lo que no hay que robar o hurtar. La vinculación a la exclavitud de su contexto, nos anima sin embargo a creer que se está refiriendo primeramente a un mandamiento a no tomar cautiva a ninguna persona. Tenemos que entender, por lo que aprendemos también en el Nuevo Testamento, que Dios es quien tiene todos los derechos sobre su creación y el hombre, al ser creado a su imagen, es necesario que conserve también su propia libertad. Había por supuesto esclavos de guerra o por deudas en el pueblo de Israel. La esclavitud a la que se refiere aquí este texto, es la que se ha ejercido durante mucho tiempo a través del secuestro. La palabra de Dios desaprueba toda esa forma de esclavitud que hemos conocido por ejemplo en África. Pocos podrían sentirse culpables de haber secuestrado a alguien pero este texto no debemos aplicarlo sólo al secuestro y a continuación veremos otras formas más comunes de robo y hurto.... Podcast de Jose de Segovia sobre Libro de Éxodo, Cap. 20 15