Las acciones para salvar un humedal pueden incluir la restricción del desarrollo urbano en sus cercanías, la implementación de zonas de amortiguamiento para reducir la contaminación, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles en áreas adyacentes, y la sensibilización de la comunidad sobre la importancia de estos ecosistemas. Además, se pueden llevar a cabo proyectos de restauración, como la reintroducción de especies nativas, la revegetación de áreas degradadas y la gestión sostenible del agua. La colaboración entre gobiernos, comunidades locales y organizaciones ambientales es esencial para garantizar el éxito a largo plazo de los esfuerzos de conservación de los humedales.