David no fue perfecto, pero fue llamado “un hombre conforme al corazón de Dios”. En este episodio exploramos cómo su historia nos enseña que la verdadera grandeza no está en la ausencia de errores, sino en la humildad para arrepentirse, levantarse y seguir confiando en Dios. Descubre cómo el Señor usa corazones sensibles más que manos fuertes.
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