A veces el perdón y la bondad nos llegan en todas las direcciones, excepto de nosotros mismos. Dios cree en ti, pero hace falta que empieces creyendo tú.
A veces el perdón y la bondad nos llegan en todas las direcciones, excepto de nosotros mismos. Dios cree en ti, pero hace falta que empieces creyendo tú.