Necesitamos considerar la paciencia y el dominio propio varonil de nuestro Señor Cristo Jesús.

Él sabía quién era, Él sabía que en cualquier momento podía ponerle fin a Su sufrimiento sin embargo no nos eliminó.

Si Su protección fue majestuosa en el día de Su traición y muerte, ¿cuánto más aún ahora que Él ha resucitado y está a la diestra del Padre?

“Por Su muerte vemos la libertad majestuosa de Su amor. Él ama porque elige hacerlo. Es un amor libre, no forzado. El “amor” por puro compromiso deja un sabor amargo. Este es libre, escúchalo a Él.”

“Aunque el mundo la carne y el mismo diablo hagan su mejor esfuerzo, en Cristo no hay condenación, cada maldición se vuelve bendición, porque Él se hizo maldición por nosotros.”

“El propósito de su venida a la tierra fue venir a morir en una cruz cruel, para salvar a los pecadores.”

“Al ver su muerte sabremos cómo dar mucho fruto, diciendo no a nuestra carne y si a Dios, Él puede liberarnos para que seamos fructíferos.”

“Por la muerte de Cristo en la cruz, queda claro que la responsabilidad humana es real y que al mismo tiempo Dios reina en amor y sabiduría.”

“Debemos proclamar una muerte que aunque fue horrible, no fue sin sentido.”

Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed. 

Cristo es inigualable, queremos que tú hoy lo puedas ver.