Tanto narcisismo en el mundo hoy. Vemos el mundo, no como es, sino como es "para mí". 

¿Imitas bien a Cristo? Revisamos cómo está nuestra compasión. 

¿Qué tanto te sientes cercano a Cristo? Analicemos nuestra compasión. 

El anhelo del alma es la felicidad. Parece extraño, pero es el sufrimiento en que nos acerca a ella. 

En nuestro espíritu a veces se da la rebeldía contra Dios. ¿Sabes quiénes se rebelan y quiénes no?

Un ciego no puedo guiar a los demás. ¿Sabes por qué no vemos nuestros defectos?

Si nos queremos distinguir, hay que ir más allá que lo justo según el mundo. 

Dios nos pide que libremente le demos más, confiando en él, no en nuestra necedad. 

La luz que vendrá en medio de la oscuridad tiene que ser tu y tú intelecto, bien preparados.

Lo que Dios quiere darte no es según tus deseos más inmediatos muchas veces. Es según los anhelos profundos de tu alma.