Oscar creció en pobreza en Centroamérica, marcado por la ausencia de su padre, pero su madre le enseñó el valor del sacrificio. Encontró consuelo en el fútbol, soñando con un futuro mejor. A medida que su talento crecía, dejó su hogar para jugar en la capital y, finalmente, fue seleccionado para la selección nacional de su país.

En su camino, Oscar conoció a Dios a través de un amigo, y la promesa de Filipenses 4:13, "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece", lo impulsó a seguir adelante. Con esfuerzo y fe, se convirtió en un futbolista respetado y líder en su comunidad, usando su historia para inspirar a otros jóvenes.

Su vida demuestra que, a pesar de las dificultades, la fe y la perseverancia nos dan la fuerza para convertir el sufrimiento en un propósito y ayudar a otros. 🙏⚽