La vida es un regalo de Dios, y Él es quien tiene el poder sobre ella. La historia de Álvaro refleja cómo, incluso en los momentos más oscuros, Dios ofrece una segunda oportunidad. Después de que su esposa lo dejara, Álvaro intentó suicidarse, pero fue visitado por personas que lo guiaron hacia la esperanza y el amor de Dios. Al comprender que su dolor no era el final, comenzó un proceso de restauración física, emocional y espiritual. La historia de Álvaro nos enseña que, aunque la desesperación nos ciegue, siempre hay luz en Dios y una nueva oportunidad para vivir.