En el pasado, mantenerse virgen hasta el matrimonio era un valor fundamental, pero hoy muchos jóvenes lo ven como algo anticuado. El libertinaje sexual se ha normalizado, y esto ha traído consecuencias profundas, como la maternidad adolescente y la falta de propósito. Santiago, un líder juvenil, señala que los jóvenes han perdido el respeto hacia sí mismos y hacia sus padres. La Biblia nos enseña a huir de la fornicación (1 Corintios 6:18) y las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22), invitándonos a vivir con principios firmes que honren a Dios. Las decisiones impulsivas siempre traen consecuencias. Mantén tus principios y confía en que, si sigues el camino de Dios, todo saldrá bien.