La historia más grande es de amor y tragedia: Dios creó el mundo por amor y nos ofreció paz. Pero al separarnos de Él, el pecado trajo sufrimiento. Para restaurarnos, Dios envió a Jesús, quien murió y resucitó para darnos vida eterna. Jesús es el camino para restaurar nuestra relación con Dios, un amor eterno que transforma vidas.