Cuando el dolor y las adversidades golpean a nuestra puerta, como le ocurrió a Christofer y su familia con la grave situación de su hijo Joel, la fe y la paz que provienen de Dios son nuestro refugio. A pesar de las dificultades, Christofer confiaba en que su hijo estaba en las manos de Dios, y gracias a la oración y la fe, Joel sobrevivió, siendo un testimonio de la gracia divina. Como nos recuerda Isaías 43:2, en medio de las pruebas, Dios siempre está con nosotros, dándonos la fuerza para superar cualquier circunstancia.