La felicidad no se encuentra en lo material ni en lo pasajero, sino en satisfacer los anhelos más profundos del alma: ser amados, tener propósito y vivir en paz. A través de enseñanzas bíblicas y ejemplos como la mujer samaritana, este mensaje nos recuerda que solo en una relación con Dios podemos hallar la verdadera felicidad que trasciende toda circunstancia."El que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás." – Juan 4:14