Cada 12 de junio se recuerda la firma del Tratado de Paz del Chaco, que puso fin a una sangrienta guerra gracias a la intervención de un mediador neutral. De igual forma, en nuestra vida espiritual, Jesucristo es el único mediador que puede reconciliarnos con Dios y traernos verdadera paz. Sin Él, la enemistad causada por el pecado seguiría dividiéndonos.