Un grupo de compañeros creó un perfil falso de José en redes sociales. Publicaron fotos manipuladas y burlas crueles. Aunque parecía una broma, para José fue motivo de angustia y aislamiento. Guardó silencio hasta que un día su madre notó su dolor y lo animó a hablar. Al conocer la situación, actuó: denunció el acoso y buscó ayuda profesional.El bullying no es un juego. Duele y deja marcas. Como familia, debemos estar atentos, escuchar y actuar con amor.Dios no es indiferente ante la injusticia. Proverbios 6 nos recuerda que Él aborrece al que siembra discordia. Seamos instrumentos de paz, con nuestras palabras y acciones.