Maribel creció en un hogar idólatra donde los rituales reemplazaban a Dios. Desde niña encontró refugio en el canto, pero su voz ganó un propósito eterno al conocer a Cristo. Lo que antes era un placer se convirtió en adoración y testimonio.Al entregar su vida al Señor, Maribel dedicó su talento a glorificarlo. Hoy, su ministerio musical inspira a miles a través de la esperanza, la vida y la restauración que solo Jesús ofrece. Cada canción es un recordatorio de que Dios transforma nuestros dones en instrumentos de bendición, sin importar nuestro pasado.Salmo 40:3 “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios; verán esto muchos, y confiarán en Jehová.”