Raúl creció con un corazón compasivo, sensible a las necesidades de quienes lo rodeaban. Estudió Trabajo Social para prepararse mejor y, al enfrentarse a la realidad de su comunidad, eligió servir sin desanimarse. Descubrió que la verdadera abundancia está en ayudar y acompañar a otros. Su historia nos anima a usar nuestros dones para transformar vidas y reflejar el amor de Cristo en cada acto de servicio.