En el Salmo 56:3, elrey David exclama: “En el día que temo, yo en ti confío.”
Recordándonos que elcristiano no está exento de sentir miedo, sin embargo, hemos sido capacitadospor el cielo para No permitir que ese Miedo gobierne nuestra vida.
La diferencia está ena quién le entregamos el control: si al temor que paraliza o a la fe queimpulsa.
Confiar en Dios no elimina las dificultades, pero nos asegura que no caminamos solos y que en Él siempre habrá un refugio seguro.
Esperamos que este mensaje sea una bendición en su vida.