Es una excelente noticia para el pop
español que ahora lo comercial (eso que funciona de forma masiva entre
audiencias amplias y transversales) sean artistas con el talento y el riesgo de
Rosalía y C. Tangana. A ellos se suma desde ya Sen Senra,
quien desde finales de 2019 (con uno de los discos tapados de ese año, ‘Sensaciones’,
cuyas canciones terminaron de explotar mientras se expandía las pandemia a lo
largo de 2020) lleva avisando que, como en el programa de televisión, dentro de
él hay una estrella.
Lo que hace diferente a Sen Senra de la
inagotable legión de imitadores de The Weeknd o Frank Ocean que intentan vivir
de la música en todas partes del mundo es que él tiene una voz propia y una
mirada personal, además de un oído muy fino para las melodías.
Quizá puede recordar a muchas otras cosas que ya hemos escuchado (ese r&b
sofisticado y sensual que en Estados Unidos lleva ya años funcionando), pero
siempre hay algo especial en sus canciones.
Así sucedía en ‘Tienes reservado el cielo’ o ‘Ya no te hago falta’ y vuelve a conseguirlo con este EP de siete cortes donde tan sólo muestra un catálogo de las cosas de las que es capaz, como un muestrario de hasta dónde puedellegar con su proyecto artístico. Es pop del 2021 donde el autotune dialoga con los estribillos y la electrónica que antes de ayer era considerada experimental se salta todos los prejuicios para abrazar a eso que llaman “el gran público”.
Ya sea junto al colombiano Feid (‘Wu Wu’) o con el propio C. Tangana (‘Qué facilidad’), o incluso mejor a solas (Senra es parte de esa generación autodidacta que se defiende en todas las facetas del proceso de creación ylo aplica a su música, bastándose él mismo para componer, tocar e interpretar), este vigués del 95 está llamado a ser una de las grandes voces de la canción contemporánea en español.
José Fajardo