La primera lectura nos muestra que Jesucristo es el corazón o la piedra angular que garantiza lo que hicieron y nos dejaron los profetas y los apóstoles. Uno de tantos ejemplos lo podemos encontrar en Tomás, quien llegó a tener una mirada de fe acompañada por el resucitado. Le nació del alma decir: "Señor y Dios mío". ¡Señor, te ofrecemos nuestras vidas, que nuestra fe compartida desde la tradición, nos una siempre como cristianos y como Iglesia de tu Hijo Jesucristo!