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Palabra de Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4
Perlas: Cuando entramos en el valle de sombra de muerte, esos tiempos de la vida son tan dolorosos, que la muerte se siente cerca… y eso hasta puede llegar a sonar como la mejor opción. Cuando llegamos allí, no queremos seguir luchando ni viviendo. Pero allí Dios también está con nosotros. Cuando recibes un diagnóstico médico terrible e inesperado (tuyo o de alguien que amas mucho) cuando esa persona que tanto amaste te traicionó y te desecha como a basura, cuando la empresa que construiste por años se vino abajo, cuando tus sueños quedan hechos pedazos, cuando la vida duele demasiado… allí es importante recordar que Dios es soberano, y que Él sabe todo lo que está ocurriendo… y lo está permitiendo sin que entendamos el para qué. A veces es más fácil culpar a otros, especialmente a satanás. Recuerdo esos momentos cuando dolía demasiado aceptar que era la soberanía de Dios, incluso por encima del enemigo, y de la carne y de la maldad de otros. Es muy difícil, pero es la verdad, Dios es soberano y Él tiene un propósito con todo lo que vivimos.
Descansa seguro en esto: Dios te lleva de la mano en medio del valle de sombra de muerte. No entiendes las razones y no ves nada, pero Él lo entiende todo y lo sabe todo, incluyendo los frutos dulces que este tiempo producirá en ti, y a través de ti en otros. David nos da su ejemplo de vida en este salmo: No temer en medio de la adversidad. ¿Y cómo David pudo confiar y no temer cuando no sabía lo que iba a pasar, y cuando seguramente su mente, y quienes le rodeaban, le hablaban y gritaban todas las posibilidades de que todo empeorara?
David permaneció cerca del corazón de Dios y abrazado a Su Presencia, por eso dijo que no temería, porque estaba convencido de que Dios estaba con él, convencido de Su Presencia en él, delante, detrás, alrededor de él, guiando sus pasos cuando él no podía ver. No podía confiar en sus ojos ni en sus habilidades, todo eso estaba anulado, pues en el valle de sombra de muerte NO SE PUEDE VER, no se sabe hacia dónde caminar o si lo mejor es quedarse quieto. No se sabe si hay trampas, o peligros, o precipicios… no vemos ni sabemos… pero este es el escenario perfecto para aprender a dejarnos guiar. Esa fue la experiencia de David, y esa es la experiencia de todo aquel que se entrega a la guía del Buen Pastor.
Cuando David dice que no iba a tener temor porque Dios estaba con él, agrega que Su vara y Su cayado le infunden aliento. La vara y el cayado de todo pastor de ovejas, son herramientas utilizadas para proteger y defender a su rebaño, para corregirlas y guiarlas, y para acercarlas a él. Todas estas acciones ejecutadas por el Buen Pastor en medio del valle de sombra de muerte, son todo lo que necesitamos. En el valle de sombra de muerte, de la mano del Buen Pastor, aprendemos cosas que jamás hubiéramos podido aprender de otra manera, porque solo se aprenden en el valle de sombra de muerte, el lugar donde David aprendió a permanecer muy cerca del Pastor, y a confiar en Su protección y guía.
Oración: Jesús, mi Buen Pastor, aunque ando en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque sé que Tú estás conmigo. No veo, no entiendo, no me gusta lo que estoy viviendo, no quisiera tener que estar pasando por esto, pero escojo confiar en Ti, como David. Enséñame, guíame y llévame hacia afuera de este valle, habiendo aprendido todo lo que me quieres enseñar en este tiempo. Quiero estar muy cerca de Ti. Quiero aprender a descansar en Ti y creer sin dudar que todo estará bien, que Tú tienes un plan que cumplirás. Te amo Señor, me entrego a Tu guía y a Tu cuidado. Amén.
Reto del día: ¿Ya te memorizaste el Salmo 23? Te reto a que lo grabes en un audio y se lo envíes a alguien que tú conoces, y sabes está sufriendo en estos momentos. Será un regalo de valor eterno. Hazlo. No temas.
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Palabra de Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4
Perlas: Cuando entramos en el valle de sombra de muerte, esos tiempos de la vida son tan dolorosos, que la muerte se siente cerca… y eso hasta puede llegar a sonar como la mejor opción. Cuando llegamos allí, no queremos seguir luchando ni viviendo. Pero allí Dios también está con nosotros. Cuando recibes un diagnóstico médico terrible e inesperado (tuyo o de alguien que amas mucho) cuando esa persona que tanto amaste te traicionó y te desecha como a basura, cuando la empresa que construiste por años se vino abajo, cuando tus sueños quedan hechos pedazos, cuando la vida duele demasiado… allí es importante recordar que Dios es soberano, y que Él sabe todo lo que está ocurriendo… y lo está permitiendo sin que entendamos el para qué. A veces es más fácil culpar a otros, especialmente a satanás. Recuerdo esos momentos cuando dolía demasiado aceptar que era la soberanía de Dios, incluso por encima del enemigo, y de la carne y de la maldad de otros. Es muy difícil, pero es la verdad, Dios es soberano y Él tiene un propósito con todo lo que vivimos.
Descansa seguro en esto: Dios te lleva de la mano en medio del valle de sombra de muerte. No entiendes las razones y no ves nada, pero Él lo entiende todo y lo sabe todo, incluyendo los frutos dulces que este tiempo producirá en ti, y a través de ti en otros. David nos da su ejemplo de vida en este salmo: No temer en medio de la adversidad. ¿Y cómo David pudo confiar y no temer cuando no sabía lo que iba a pasar, y cuando seguramente su mente, y quienes le rodeaban, le hablaban y gritaban todas las posibilidades de que todo empeorara?
David permaneció cerca del corazón de Dios y abrazado a Su Presencia, por eso dijo que no temería, porque estaba convencido de que Dios estaba con él, convencido de Su Presencia en él, delante, detrás, alrededor de él, guiando sus pasos cuando él no podía ver. No podía confiar en sus ojos ni en sus habilidades, todo eso estaba anulado, pues en el valle de sombra de muerte NO SE PUEDE VER, no se sabe hacia dónde caminar o si lo mejor es quedarse quieto. No se sabe si hay trampas, o peligros, o precipicios… no vemos ni sabemos… pero este es el escenario perfecto para aprender a dejarnos guiar. Esa fue la experiencia de David, y esa es la experiencia de todo aquel que se entrega a la guía del Buen Pastor.
Cuando David dice que no iba a tener temor porque Dios estaba con él, agrega que Su vara y Su cayado le infunden aliento. La vara y el cayado de todo pastor de ovejas, son herramientas utilizadas para proteger y defender a su rebaño, para corregirlas y guiarlas, y para acercarlas a él. Todas estas acciones ejecutadas por el Buen Pastor en medio del valle de sombra de muerte, son todo lo que necesitamos. En el valle de sombra de muerte, de la mano del Buen Pastor, aprendemos cosas que jamás hubiéramos podido aprender de otra manera, porque solo se aprenden en el valle de sombra de muerte, el lugar donde David aprendió a permanecer muy cerca del Pastor, y a confiar en Su protección y guía.
Oración: Jesús, mi Buen Pastor, aunque ando en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque sé que Tú estás conmigo. No veo, no entiendo, no me gusta lo que estoy viviendo, no quisiera tener que estar pasando por esto, pero escojo confiar en Ti, como David. Enséñame, guíame y llévame hacia afuera de este valle, habiendo aprendido todo lo que me quieres enseñar en este tiempo. Quiero estar muy cerca de Ti. Quiero aprender a descansar en Ti y creer sin dudar que todo estará bien, que Tú tienes un plan que cumplirás. Te amo Señor, me entrego a Tu guía y a Tu cuidado. Amén.
Reto del día: ¿Ya te memorizaste el Salmo 23? Te reto a que lo grabes en un audio y se lo envíes a alguien que tú conoces, y sabes está sufriendo en estos momentos. Será un regalo de valor eterno. Hazlo. No temas.
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