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Palabra de Dios: “Mira, hoy te doy a elegir vida y prosperidad o muerte y destrucción. Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos y que cumplas sus mandamientos, estatutos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la cual vas a entrar para tomar posesión de ella.
Pero, si tu corazón se rebela y no obedeces, sino que te desvías para adorar y servir a otros dioses, te advierto hoy que sin duda serás destruido. No vivirás mucho tiempo en la tierra que vas a poseer luego de cruzar el Jordán.
Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Ama al Señor tu Dios, obedécelo y aférrate a él, porque de él depende tu vida.” Deuteronomio 30:15-20
Perlas: Este es el Gran Desafío: *Escoger entre la vida y la muerte, un día a la vez, un momento a la vez. *Escoger entre vivir para Dios o vivir para nosotros mismos, o para los demás. *Escoger entre bendición y maldición; entre adorar al único Dios verdadero, o postrarnos ante otros dioses (la aceptación de los hombres, el mundo, el dinero, la religión, nuestra imagen, nuestros antojos, nuestra agenda).
Reto del día: Aterricemos todo esto a tu realidad. ¿Cómo se ve este Gran Desafío en tu propia vida? ¿Cuál es ese camino y cuáles son las decisiones y cambios que Dios te ha estado pidiendo?¿Cómo se llama y cómo se ve el otro camino que también te llama y te hala con fuerza? ¿Puedes dibujar los dos caminos y escribir sobre ellos lo que significan para ti personalmente?
Oración: Señor mi Dios, veo claramente los dos caminos. Percibo Tu voz apacible que me llama momento a momento a vivir para Ti, a caminar por el camino que has preparado para mí. Sé que me estás llamando a vivir mi vida adorándote con mi obediencia, y conozco (en mi mente) que habrá bendición si te obedezco. Sin embargo, por otro lado escucho las voces que gritan que haga exactamente lo contrario, y he caído en la tentación una y otra vez. He creído a esas voces que me mienten y me ofrecen llenura, éxito y felicidad. Cada vez que he cedido a alguna de ellas, lo único que ocurre es que quedo más vacío, más herido, lleno de culpa y de vergüenza. No entiendo por qué repito esta mala decisión una y otra vez, esperando tener un resultado diferente. Me siento atrapado, encadenado.
¿Cómo salgo de este círculo vicioso, Señor?
¿Puedes liberarme para siempre?
¿Hay una parte que me corresponde a mí? ¿Cuál es?
Padre, necesito desesperadamente que me concedas el don del arrepentimiento genuino. No quiero continuar cayendo en lo mismo por el resto de mi vida. Anhelo vivir la vida que Tú preparaste y diseñaste para mí. Anhelo alcanzar todo aquello para lo cual Tú me alcanzaste a mí.
Guíame Espíritu Santo. Ayúdame a percibir que en el corazón del Padre no hay enojo ni rechazo contra mí. Ayúdame a volver a los brazos del Padre y a entender en mi espíritu que soy amado y perdonado. Dame todo lo que necesito para permanecer en el camino angosto, en el camino de la verdadera vida, la verdadera felicidad, la verdadera llenura, la verdadera plenitud. Hoy escojo la Vida. Acepto Tu Gran Desafío, Señor, y te digo Sí, escojo Tu camino, escojo la vida. En el nombre de Jesús. Amén.
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Palabra de Dios: “Mira, hoy te doy a elegir vida y prosperidad o muerte y destrucción. Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos y que cumplas sus mandamientos, estatutos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la cual vas a entrar para tomar posesión de ella.
Pero, si tu corazón se rebela y no obedeces, sino que te desvías para adorar y servir a otros dioses, te advierto hoy que sin duda serás destruido. No vivirás mucho tiempo en la tierra que vas a poseer luego de cruzar el Jordán.
Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Ama al Señor tu Dios, obedécelo y aférrate a él, porque de él depende tu vida.” Deuteronomio 30:15-20
Perlas: Este es el Gran Desafío: *Escoger entre la vida y la muerte, un día a la vez, un momento a la vez. *Escoger entre vivir para Dios o vivir para nosotros mismos, o para los demás. *Escoger entre bendición y maldición; entre adorar al único Dios verdadero, o postrarnos ante otros dioses (la aceptación de los hombres, el mundo, el dinero, la religión, nuestra imagen, nuestros antojos, nuestra agenda).
Reto del día: Aterricemos todo esto a tu realidad. ¿Cómo se ve este Gran Desafío en tu propia vida? ¿Cuál es ese camino y cuáles son las decisiones y cambios que Dios te ha estado pidiendo?¿Cómo se llama y cómo se ve el otro camino que también te llama y te hala con fuerza? ¿Puedes dibujar los dos caminos y escribir sobre ellos lo que significan para ti personalmente?
Oración: Señor mi Dios, veo claramente los dos caminos. Percibo Tu voz apacible que me llama momento a momento a vivir para Ti, a caminar por el camino que has preparado para mí. Sé que me estás llamando a vivir mi vida adorándote con mi obediencia, y conozco (en mi mente) que habrá bendición si te obedezco. Sin embargo, por otro lado escucho las voces que gritan que haga exactamente lo contrario, y he caído en la tentación una y otra vez. He creído a esas voces que me mienten y me ofrecen llenura, éxito y felicidad. Cada vez que he cedido a alguna de ellas, lo único que ocurre es que quedo más vacío, más herido, lleno de culpa y de vergüenza. No entiendo por qué repito esta mala decisión una y otra vez, esperando tener un resultado diferente. Me siento atrapado, encadenado.
¿Cómo salgo de este círculo vicioso, Señor?
¿Puedes liberarme para siempre?
¿Hay una parte que me corresponde a mí? ¿Cuál es?
Padre, necesito desesperadamente que me concedas el don del arrepentimiento genuino. No quiero continuar cayendo en lo mismo por el resto de mi vida. Anhelo vivir la vida que Tú preparaste y diseñaste para mí. Anhelo alcanzar todo aquello para lo cual Tú me alcanzaste a mí.
Guíame Espíritu Santo. Ayúdame a percibir que en el corazón del Padre no hay enojo ni rechazo contra mí. Ayúdame a volver a los brazos del Padre y a entender en mi espíritu que soy amado y perdonado. Dame todo lo que necesito para permanecer en el camino angosto, en el camino de la verdadera vida, la verdadera felicidad, la verdadera llenura, la verdadera plenitud. Hoy escojo la Vida. Acepto Tu Gran Desafío, Señor, y te digo Sí, escojo Tu camino, escojo la vida. En el nombre de Jesús. Amén.
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