Palabra de Dios: “Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.” Isaías 51:3

Perlas: Tenemos un Dios que nos conoce y nos entiende. Él sabe todo lo que estamos viviendo. Nada se ha salido de Sus manos. Él es Dios. Él es Rey Soberano. Muchas cosas que nos ocurren se salen de nuestra comprensión y de nuestros planes; ocurren cosas que nunca hubiéramos querido que ocurrieran, pasamos por situaciones por las que jamás hubiéramos querido pasar. Desafortunadamente, es común que en tiempos difíciles nos confundimos y nos desenfocamos, y terminamos resentidos con Dios porque Él pudiendo haber impedido todo esto, no lo impidió sino que lo permitió. Es demasiado para nuestra mente finita y pequeña. No entendemos a Dios…tal vez porque Dios es Dios, y nosotros no.

Dios es Su misericordia nos permite ver en parte, pero la comprensión absoluta de todas las cosas, las razones y los propósitos eternos de todo los que nos acontece, esa información únicamente la tiene el Padre en Su corazón y en el libro de la vida. Los tiempos de dolor y pérdida pueden ser grandes maestros si escogemos postrarnos ante Dios y mantenernos cerca de Su corazón. Él es bueno…es muy importante no perder de vista esta gran verdad, que se nos tiende a olvidar en tiempos de confusión y angustia. Sus planes, Sus caminos y Sus pensamientos son más altos que los nuestros. Algunas cosas las entenderemos más adelante, cuando el tiempo pase y estemos listos para entender; pero hay otras cosas que nunca vamos a entender. Yo personalmente he llegado a entender y aceptar que algunas cosas nunca las voy a entender en esta tierra, y que hay algunos temas que me sentaré a hablar con Dios cuando esté en el cielo…y he aprendido a vivir con eso, a aceptarlo y a continuar hacia adelante confiando en que lo importante es que Dios sí entiende y sí sabe el por qué y el para qué de todas las cosas que ocurren. Además, finalmente entendí que el Dios Todopoderoso, el Señor de señores, no me TIENE que dar explicaciones a mí. 

Estamos de paso en esta tierra. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, le pertenecemos a Dios. Esta vida es una gran escuela donde tenemos la oportunidad cada día de prepararnos para la vida eterna. Cada situación que vivimos y cada paso por esta vida tienen un propósito. El propósito último es conocerle a Él, conocer Su amor y entregarnos en Sus brazos para ser amados, sanados, enseñados y formados de acuerdo a Su plan para nuestro paso por este mundo.

En medio del dolor conocemos al Dios que consuela, como una madre consuela a su bebé de brazos. En medio de los desiertos de la vida conocemos al Dios abre puertas y caminos cuando no hay nada, cuando no hay esperanza. En medio de la soledad conocemos a ese Dios que es nuestra más dulce compañía, el único que puede llenar el vacío que llevamos por dentro y el vacío que nos rodea, aún a pesar de estar en medio de muchas personas. En medio de la sequedad conocemos al Dios que abre ríos y hace brotar fuentes de agua…de la nada…y no solo calma nuestra sed, sino que hace de nosotros fuentes de ríos…esto es increíble, es sobrenatural.