Palabra de Dios: “Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.” Romanos 4:18-21

Perlas: Este es un ejemplo perfecto de cómo Dios puede traer vida de la nada. Creo que la historia de Abraham y Sara nos da esperanza a todos, sin importar qué es lo que parece que ya está muerto en nuestra vida. Creer esperanza contra esperanza es nunca dejar de creer, a pesar de que todo aparentemente esté en contra; todos los diagnósticos, las estadísticas, las opiniones, las posibilidades… todo apunta hacia un resultado opuesto a lo que Dios ha prometido, pero la persona sigue creyendo. Así creyó Abraham. Así nos llama Dios a creerle, a no dejarnos llevar por lo que nuestros ojos ven, a no analizar Sus promesas a partir de las posibilidades/capacidades humanas.

Dice la Palabra que no se debilitó en la fe aunque era consciente (consideraba) de su cuerpo (casi muerto) y el cuerpo de Sara (imposibilitado para dar vida)…Todos conocemos esa historia, pero pasamos por alto tantas cosas importantes. Es impresionante cómo Abraham, aunque veía la realidad de su cuerpo y el de Sara, siguió creyendo; aunque la promesa era una cosa literalmente IMPOSIBLE, no dejó de creer. En lugar de encontrar razones (que le sobraban) para NO creer, lo que hizo fue fortalecer su fe. ¿Cómo? Abraham comenzó a DAR GLORIA A DIOS, desde antes de recibir la promesa, proclamando que Dios, quien le había dado la promesa, era suficientemente capaz para cumplir lo que había prometido.