No Estás Solo

Palabra de Dios: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.” Salmo 23:6

Perlas: CIERTAMENTE. ¡Qué palabra tan poderosa! Ciertamente, no hay espacio para las dudas, es un hecho. David llegó a tener esta nivel de convicción acerca de la bondad y la misericordia de Dios, acerca de Su permanente Presencia, compañía y guía, acerca de los propósitos perfectos de Dios, y acerca de lo que le esperaba por el resto de sus días en esta tierra, y en la eternidad. La NTV dice: “Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor viviré por siempre.” ¡Qué bendición poder vivir convencidos de Su amor inagotable, y de que Su Presencia es y será una constante en nuestra vida hoy, mañana, cada día en esta vida, y por siempre.

Cuando te sientas débil, cuando no haya color ni risa en tus días, cuando estés en medio del valle de sombra de muerte, y frente a un futuro totalmente incierto… ¡Mira hacia arriba! Pon tu mirada en Jesús, tu Buen Pastor. Él está allí contigo. No estás solo. Tómate de Su mano, permanece cerca de Su corazón, escuchando Su voz y obedeciéndole. Confía, Él sabe lo que está haciendo, por qué y para qué. Espera confiado en que, en el tiempo señalado, saldrás de este valle más fuerte en Él, más grande en la fe, con más claridad en tu camino y en tu llamado… ¡con tu cabeza ungida y tu copa rebosante!!

Oración: Padre, Jesús y Espíritu Santo, me rindo hoy. Recibo Tu abrazo Padre. Te acepto como mi Pastor, Señor Jesús. Pongo toda mi confianza en Ti, Espíritu Santo. Quiero escucharte y obedecerte. Quiero aprender pronto todo lo que quieres enseñarme en este tiempo. Te pido que acortes los tiempos en medio de este valle de sombra de muerte, que pronto pueda estar del otro lado y celebrar contigo las maravillas que hiciste en mí, cuando no podía ver nada. Unge mi cabeza con aceite. Protege mis pensamientos, mis oídos, mis ojos, y hasta mi respirar. Sana mis heridas. Ayúdame a creer que preparas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Gracias. Haces desbordar mi copa. Gracias y gloria a Ti, mi Buen Pastor, Jesús de Nazaret.

Reto del día: Este es un ejercicio espiritual. Durante todo el día, repite en tu mente el Salmo 23. Mientras caminas, mientras manejas, mientras trabajas, mientras cocinas, mientras compartes con otros, especialmente cuando te estén diciendo palabras diferentes a las que tu Buen Pastor te ha dicho. Llena tu mente con La Palabra de Dios. Combate las mentiras con la Verdad.