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Palabra de Dios: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” Salmo 119:11 LBLA
“Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito” Salmo 119:35
Perlas: Todos somos tentados en nuestro diario vivir. Es como una confabulación entre nuestra carne (que es autodestructiva) y el enemigo de nuestra alma (cuya misión es acabar con nosotros). El objetivo es destruirnos, o al menos detenernos y que no cumplamos nuestro propósito de vida. Cada vez que enfrentamos una tentación, si nos hemos preparado de antemano para la guerra, (Guerra avisada no mata soldado, a menos que este no se prepare), podremos sostenernos firmes y limpios porque nada ni nadie nos podrán mover hacia hacer/decir algo que no agrade a Dios, que rompa uno de Sus mandamientos generales o instrucciones específicas que nos ha dado a nivel personal, en nuestras conversaciones con Él.
Si hemos tomado la determinación de amar a Dios, albergar ese temor de Dios y obedecerlo, una cosa que tendremos que hacer es afilar la Espada, que es la Palabra de Dios. Cuando enfrentamos tentación, si hemos leído, estudiado y escondido la Palabra en nuestro corazón, entonces allí en medio de la tentación, el Espíritu Santo nos guiará a sacar la Espada del Espíritu y vencer. Saldremos victoriosos de cada tentación de “no amar a Dios, ni honrarlo ni obedecerlo”. Venceremos y podremos seguir amándole, aún cuando hayan muchas fuerzas halándonos para no hacerlo.
La mayor tentación del hombre, desde Adán y Eva, es vivir independientemente de Dios, tener nuestra propia agenda, pretender que no lo necesitamos, y convertirnos en nuestro propio dios. Conocemos al detalle las consecuencias de las decisiones que ellos tomaron, porque nos alcanzaron a uds y a mí hasta hoy.
“Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito” David llegó a amar los mandamientos de Dios y Su Palabra, llegó a suplicarle que lo ayudara a permanecer en Su camino, hasta el punto que anhelaba también ser corregido y disciplinado. El amor de David por Dios quedó demostrado en una vida llena de temor reverente y honra a Dios, y una vida de obediencia. Amor, temor y obediencia. En los espacios de su vida cuando no tuvo temor de Dios e hizo todo lo que hizo, un acto de desobediencia tras otro que lo llevaron a vivir consecuencias dolorosas durante toda su vida, las cuales aceptó, se arrepintió con todo su ser y escogió seguir viviendo su vida para amar a Dios…David aprendió con dolor que no podía realmente amar a Dios si no tenía temor de Dios ni le obedecía. Aprendió que “mejor es un día en Sus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.” Salmo 84:10
Oración: Señor, hoy me presento delante de Ti, en Tu Presencia. Muéstrame Padre qué cosas ocultas hay en mi corazón. Muéstrame mi bajeza. Convénceme de pecado, dame el don del arrepentimiento. Restáurame y levántame para Tu gloria. Enséñame a vivir en Ti, por Ti y para Ti. Enséñame a responder a Tu amor por mí, amándote de acuerdo a lo que Tú dices que es amarte, obedeciendo una a una de Tus Palabras, viviendo con un corazón que te admira, te respeta, te honra…un corazón que sí tiene temor de Ti y se aparta del mal cada día.
Reto del día: Comienza a estudiar el Salmo 119. Es extenso, tiene 176 versículos; hoy puedes leer los primeros 56 versículos. Resalta las palabras: Mandamientos, testimonios, estatutos, juicios, ley, …Observa el amor de David por Dios y su anhelo por demostrárselo con su obediencia.
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Palabra de Dios: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” Salmo 119:11 LBLA
“Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito” Salmo 119:35
Perlas: Todos somos tentados en nuestro diario vivir. Es como una confabulación entre nuestra carne (que es autodestructiva) y el enemigo de nuestra alma (cuya misión es acabar con nosotros). El objetivo es destruirnos, o al menos detenernos y que no cumplamos nuestro propósito de vida. Cada vez que enfrentamos una tentación, si nos hemos preparado de antemano para la guerra, (Guerra avisada no mata soldado, a menos que este no se prepare), podremos sostenernos firmes y limpios porque nada ni nadie nos podrán mover hacia hacer/decir algo que no agrade a Dios, que rompa uno de Sus mandamientos generales o instrucciones específicas que nos ha dado a nivel personal, en nuestras conversaciones con Él.
Si hemos tomado la determinación de amar a Dios, albergar ese temor de Dios y obedecerlo, una cosa que tendremos que hacer es afilar la Espada, que es la Palabra de Dios. Cuando enfrentamos tentación, si hemos leído, estudiado y escondido la Palabra en nuestro corazón, entonces allí en medio de la tentación, el Espíritu Santo nos guiará a sacar la Espada del Espíritu y vencer. Saldremos victoriosos de cada tentación de “no amar a Dios, ni honrarlo ni obedecerlo”. Venceremos y podremos seguir amándole, aún cuando hayan muchas fuerzas halándonos para no hacerlo.
La mayor tentación del hombre, desde Adán y Eva, es vivir independientemente de Dios, tener nuestra propia agenda, pretender que no lo necesitamos, y convertirnos en nuestro propio dios. Conocemos al detalle las consecuencias de las decisiones que ellos tomaron, porque nos alcanzaron a uds y a mí hasta hoy.
“Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito” David llegó a amar los mandamientos de Dios y Su Palabra, llegó a suplicarle que lo ayudara a permanecer en Su camino, hasta el punto que anhelaba también ser corregido y disciplinado. El amor de David por Dios quedó demostrado en una vida llena de temor reverente y honra a Dios, y una vida de obediencia. Amor, temor y obediencia. En los espacios de su vida cuando no tuvo temor de Dios e hizo todo lo que hizo, un acto de desobediencia tras otro que lo llevaron a vivir consecuencias dolorosas durante toda su vida, las cuales aceptó, se arrepintió con todo su ser y escogió seguir viviendo su vida para amar a Dios…David aprendió con dolor que no podía realmente amar a Dios si no tenía temor de Dios ni le obedecía. Aprendió que “mejor es un día en Sus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.” Salmo 84:10
Oración: Señor, hoy me presento delante de Ti, en Tu Presencia. Muéstrame Padre qué cosas ocultas hay en mi corazón. Muéstrame mi bajeza. Convénceme de pecado, dame el don del arrepentimiento. Restáurame y levántame para Tu gloria. Enséñame a vivir en Ti, por Ti y para Ti. Enséñame a responder a Tu amor por mí, amándote de acuerdo a lo que Tú dices que es amarte, obedeciendo una a una de Tus Palabras, viviendo con un corazón que te admira, te respeta, te honra…un corazón que sí tiene temor de Ti y se aparta del mal cada día.
Reto del día: Comienza a estudiar el Salmo 119. Es extenso, tiene 176 versículos; hoy puedes leer los primeros 56 versículos. Resalta las palabras: Mandamientos, testimonios, estatutos, juicios, ley, …Observa el amor de David por Dios y su anhelo por demostrárselo con su obediencia.
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