Volvemos con fuerza tras la semana de descanso, porque nos metemos con dos series que han generado cierta conversación por razones muy diferentes. Una es Anatomía de un escándalo, un thriller judicial de Netflix que desaprovecha una premisa #MeToo y que sigue la línea de series descafeinadas que lleva últimamente uno de sus creadores, David E. Kelley. El que fue uno de los reyes de los procedimentales de los 90 parece un poco perdido en la era de las plataformas. La otra serie que ha hecho más ruido es Killing Eve, pero porque su final ha dejado descontento a todo el mundo. ¿Había posibilidad de que Eve y Villanelle acabaran de otra manera?