Dios está llamando a su iglesia a volver a las mesas, dentro de los hogares, donde hay verdadera comunión, donde el evangelio se predica con el ejemplo y nuestras vidas son más transparentes ante los que tenemos cerca, las puertas de las casas comienzan a abrirse y las familias y amigos cercanos comienzan a ser impactados por la vida de Cristo en nosotros.